Determinados

Las personas determinadas son aquellas que:
  • son responsables de sus propias ideas y decisiones 
  • son responsables de sus actos 
  • son responsables de sus vidas 
  • son pensantes 
  • no son conformistas con lo ya establecido, cuestionan las cosas para mejorarlas 
  • tienen lenguaje de determinación, de poder 
  • no tienen temor 
  • se controlan a ellas mismas y no controlan a los demás 
  • están al mando, no son indefensas 
  • no se posicionan como víctimas de los demás o de las situaciones 
De todas estas características, quisiera detenerme específicamente en el lenguaje de poder. Aunque la palabra "poder" hoy en día se vincula con distintos ámbitos de política social, quisiera que, como personas en la fe, pudiésemos vincularla con su sentido primigenio y espiritual: poder en Dios. Este lenguage poderoso hace que cambien en nosotros distintas maneras de ver y crear realidad.
  • No voy a “intentar” hacerlo, decido hacerlo. Decido tomar pasos consecuentes al cambio que quiero producir en mi vida: “Dios no me dio un espíritu de temor y timidez sino de amor, poder y dominio propio”. 2 Timoteo 1:7 
  • No voy a culpar ni a otros ni al diablo de mis acciones. Voy a hacerme cargo, de manera madura y valiente, que lo que sucede en mi vida es producto de las decisiones que yo tomo (para bien o para mal): “El camino del hombre recto evita el mal, el que quiere salvar su vida se fija por dónde camina” Proverbios 16:17. “Conocer al Santo/a Dios da por resultado el buen juicio” Proverbios 9:10 
  • Si quiero resultados distintos, voy a hacer las cosas distinto: “Entregá a Dios todo lo que hacés, confía en Él y Él te ayudará”. Salmos 37:5. “Poné en manos de Dios todas tus obras y tus proyectos se cumplirán”. Proverbios 16:3 
  • Si caigo, voy a levantarme. Si algo sale mal, voy a retomar desde donde se lo puede mejorar. O voy a empezar de cero si hace falta. “Los que confían en Dios tendrán nuevas fuerzas; volarpan alto como las águilas; correrán y no se cansarán; caminarán y no se desmayarán”. Isaías 40:31 
  • Si siento que no tengo fuerzas, que estoy cansada, que estoy triste, voy a proclamar vida, ánimo, alegría y gozo sobrenatural hasta que lo vea. “Me has dado fuerzas como un búfalo y me has ungido con el mejor perfume” Salmos 92:10 
  • Si tengo pleito con alguien, voy a pedir perdón aunque no me corresponda y tener una actitud humilde. Seamos embajadoras de paz. “Dios bendice a los que procuran la paz porque serán llamados hijos de Dios” Mateo 5:9 
  • Si no se a dónde ir y decido pedir pedir consejo, me comprometo también a aplicarlo. “Escucha el consejo y recibe la corrección”. Proverbios 16:20 

Todos estos versículos vinieron a mi mente de forma natural porque de chica tomé tiempo para memorizarlos y estudiarlos. De la misma manera, quiero invitarte a que cambies tu manera de ver la vida y para eso necesitás cambiar tu manera de hablar. Para que tu manera de hablar modifique realidades, tiene que estar 100% basada en un lenguage espiritual. Es fundamental, entonces, poder proclamar con tu boca palabras de verdad y de bien con connotación divina. No basta con repetirnos frases positivistas como "todo va a estar bien", hay que darle una impronta espiritual poderosa a cada cosa que decimos. Eso se encuentra en los pasajes Bíblicos y en la palabra que viene directamente de Dios a tu corazón. Proclamalo con tu boca para que, al oirlas, tu corazón las crea.


“De una mente sabia provienen palabras sabias” Proverbios 16:23


Desafiémonos y empecemos a cambiar nuestra mamera indeterminada de hablar. Seamos mujeres y hombres de fe. Mujeres y hombres que se responsabilizan. Mujeres y hombres maduros. Mujeres y hombres valientes. Mujeres y hombres decididos. Mujeres y hombres determinados. Mujeres y hombres que miran sus circunstancias y se ríen porque el Poderoso está tomado de sus manos. Mujeres y hombres que no le temen al futuro. Mujeres que para cambiar su presente accionan. Mujeres que no se victimizan. Mujeres y hombres que se paran determinantes ante cualquier circunstancia por el poder que tienen en Dios.

Mujeres y hombres que no son espirales que giran en sí mismos, mujeresy hombres que ven a otras mujeres y a otros hombres, ayudan a otros, se ocupan de otros, ven la necesidad en otros, salen de sus propios lamentos y levantan la mirada para caminar en el propósito para el que fueron llamados: amar.

Para amar a otros y hablar fe sobre otros, primero empezá a hablar de manera determinada sobre tu vida.

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