Fe identitaria

Cuenta una historia de la Biblia (Lucas 3:16) que Juan, el bautista, dijo lo siguiente:

"Yo los bautizo a ustedes con agua, pero está por llegar uno más poderoso que yo, a quien ni siquiera merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego". 

A partir de este versículo, se observa que Juan tenía plena consciencia:

1) ...de quién era Jesús: "uno más poderoso que yo. Él los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego"
Juan, con fe y seguridad, le hablaba a aquellos a los que bautizaba en aguas no solo de lo poderoso que era quién vendría, sino de la obra poderosa que Jesús haría. Juan hacía lo que estaba llamado a hacer (bautizar en el nombre de la Trinidad), pero también abría camino para que cuando llegara Aquél que bautizaría a esa gente con fuego y con el Espíritu Santo, la gente lo conociera. Juan desarrollaba su misión acá en la tierra, pero abría sendero al Maestro... no se vanagloriaba de lo que él hacía, sino que ponía a Jesús como eje de su mensaje. Sembraba en los corazones de la gente plena conciencia de quién era Quién realmente importaba. 
Estamos llamados a cumplir una misión particular acá en la tierra. Con una visión de servicio al otro y de expansión del Reino de Dios, cada uno tiene una misión de encomendación única y personal por parte de Dios. Pero, todavía más importante, estamos llamados a abrir camino a  la obra poderosa que Jesús quiere hacer en cada vida. ¡Sembremos expectativas de lo que Dios va a hacer!

2) ...de quién era él mismo: "ni merezco desatarle la correa de sus sandalias". Tenemos pleno conocimiento de quienes somos nosotros al lado del Creador cuando sabemos ver Quién es Él. Una vez que nuestra vida abraza la esencia de Quién es Él y nuestra mente finita intenta comprender algo de lo que Dios representa, entonces nos miramos con Él como referente. Pero, a pesar de que nos sintamos tan chiquitos al lado de Su increíble esencia, Dios nos da una misión y cuenta con nosotros para hacer Su obra, así como contaba con Juan para abrirle camino. Dios es increíblemente inmenso, pero nosotros somos sus hijos increiblemente pensados... con quienes Él cuenta. 
Hagamos lo nuestro, abramosle camino a Dios, miremoslo a Él por quién Él es y miremosnos a nosotros por quienes somos EN Él y no en comparación CON Él. 
Somos parte de la familia Divina de Dios.  

3) ...gestada por la fe que Juan tenía en su corazón. Juan creía en las profecías. Se puede decir que, para ese momento, Juan era uno como nosotros: jamás había visto a Jesús. Creía que Él vendría a través de lo que los antiguos profetas habían dicho. Juan tenía una fe ciega, una fe que cree sin ver. De hecho, Juan, en su relato bíblico, cuenta que al resucitar Jesús, Él le dice a uno de sus discípulos: "Vos creés porque me ves, benditos aquellos que no vieron y creyeron". Yo siempre creí que dentro de esa categoría entraba yo: ¡y sí! Entro yo, entras vos, pero también entraba Juan en ese momento cuando aún no había visto al Cristo encarnado.
Para formar una consciencia real de quién es Dios y de quiénes somos nosotros en Dios, debemos tener fe. Fe que cree en lo que no ve, fe que no siempre le encuentra explicaciones a todo, fe que nos da identidad. 

Hoy quiero alentarnos a creer sin ver. 
A tener fe en lo poderoso que es Jesús.
A aumentar nuestra fe por leer la Palabra.
A aumentar nuestra fe por escuchar la Palabra.
A aumentar nuestra fe por ver y saber de milagros.
A tomar plena conciencia de quién es nuestro Dios.
A tomar plena conciencia de quienes seríamos nosotros para Dios.
A tomar plena conciencia de que, por Su gracia, somos llamados Hijos de Dios, coherederos con Jesús. 

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