Caracol

Mirando para atrás, recordando acontecimientos, decisiones, cosas que me hicieron avanzar, retroceder o estancar, puedo decir con taanta alegria que DIOS ES FIEL.
Me venía a la mente la imágen de un caracol.
Cuando nosotros nos posicionamos en el centro, emergen cuestionamientos de todo tipo. Nuestros proyectos, planes, anhelos, sueños, miedos, inseguridades... nuestro 'yo' se convierte en el motor de nuestra vida. Muchas de las cosas que estimamos como valiosas quizas las perdemos o nunca las alcanzamos. Entonces mirarnos a nosotros mismos hace que nos estanquemos.
Sin embargo, cuando nos dejamos de mirar un poquito a nosotros, comenzamos a caminar en ese espiral que conduce a la salida. Cuando tu motor de vida no sos vos, te dan ganas de seguir avanzando porque comenzás a comprender que hay algo más allá de vos mismo. Algo que vale la pena.
Luego, llega un momento en ese avanzar donde nos encontramos en la mitad del recorrido. Ya dejamos de ser el centro, pero la salida tampoco la vislumbramos con total claridez. Llega el momento de decidir otra vez. ¿Avanzo confiando en la soberana mano del Señor que me guia o me vuelvo a refugiar en mi mismo?
Avanzar tiene su recompensa. Quizás hoy no podamos decir que tenemos todo lo que queremos, pero si hay algo de lo que estoy segura es que tenemos todo lo que Dios considera bueno y necesario para cada uno de nosotros.



Entradas populares